Para muchos, el mountain bike es más que una actividad física; es una forma de vida, una oportunidad para conectarse con la naturaleza y una manera de superar desafíos personales. La edición número 30 del Trasmontaña se volvió un fenómeno que trasciende fronteras, atrayendo a bikers de todo el país e incluso del exterior. La posibilidad de disputarlo en pareja, recorrer los senderos y caminos de Tucumán es una especie de “sueño” que todos desean cumplir. “Anduve por toda Argentina compitiendo y también participé en el Open Shimano, torneo de enduro más importante de Sudamérica. Sin embargo, no hay lugar como Tucumán. Su flora y fauna es increíble”. Las palabras de Javier Amar resumen en pocas palabras la cantidad de sentimientos que están atravesando los protagonistas.
Ni bien arribó a nuestra provincia, el biker mendocino dejó sus pertenencias en una cabaña ubicada en Yerba Buena, se colocó el casco, los anteojos, se abrochó las zapatillas y salió a pedalear junto a sus compañeros.
“Siempre nos alojamos en cabañas porque nos gusta tener nuestro espacio y una mecánica, la cual tiene como prioridad la limpieza de las bicis”, explicó el ciclista “Obviamente que tampoco faltan las juntadas y los asados. A veces también salimos a comer”, agregó Amar, que mencionó los gastos que implica participar en este tipo de eventos. “Hay muchos chicos que no pudieron venir por el alto valor de la inscripción. A eso se le suma que cada cubierta te sale $90.000 y la cadena ronda por encima de los $100.000, entre otros montos”, aseguró.
Luego de tantas horas de viaje, muchos se habrían inclinado por un mini descanso, pero en el “team” de Amar eso no sucedió. Javier junto a su binomio Iván Italiani diagramaron un recorrido que incluyó a otros colegas mendocinos. ¿El tramo elegido? San Javier-El Siambón-Raco.
Con las bicis apoyadas en una cerca de palos y con una transpiración evidente de tanto pedalear, todos saludaron a la cámara de un dron que retrató cada segundo de una travesía que apenas comienza. ¿Cómo concluyó el primer día? Con la prueba del circuito finalizada y la tradicional foto en el cartel de San Javier.
“El sábado haremos la acreditación y el domingo la carrera. Tenemos que dejar una camioneta en el cerro San Javier y otra en La Sala. La primera pareja que llega busca la camioneta y nos vamos reagrupando así”, detalló Amar.
El grupo mendocino no se pierde una edición del Trasmontaña desde 2018, pero cuentan que lo viven con la misma emoción del primer día. Eso es lo que le sucede a Nicolás Barrionuevo. Este cordobés de 23 años tendrá su gran debut en la competencia en parejas más prestigiosa de la Argentina y una de las más convocantes de Sudamérica.
“Es mi primera vez en el ‘famoso’ Trasmontaña”, dijo Barrionuevo, que no ocultó su emoción ni un segundo. Minutos antes de emprender viaje a nuestra provincia, publicó una historia en su cuenta personal de instagram. Allí se podía apreciar un rosario en el espejo retrovisor de su vehículo. Una ayuda divina que Barrionuevo ansía para su presentación.
“Tengo mucha ansiedad por saber qué pasará. Estuve en el circuito y los paisajes son hermosos. Esto es una pasión que nació cuando tenía ocho años por herencia de mi abuelo. Desde que tengo noción que estoy arriba de las dos ruedas y todo se lo debo a él”, recordó el cordobés que buscará tener una buena performance junto a su compañera de equipo Florencia Marrone.
Eso sí, más allá de la concentración y compromiso que implican este tipo de competencias, Barrionuevo tiene planeado un paseo por el “Jardín de La República”.
“Siempre busco de una forma u otra estar presente en todo tipo de competencias. Tengo pensado recorrer San Javier y Yerba Buena”, concluyó “Nico”, que buscará darse dos gustos: conocer la Casa Histórica y probar las comidas típicas de nuestra provincia.
Barrionuevo se alojó en un departamento debido a la gran ocupación hotelera en la provincia. Aspecto que resaltó Héctor Viñuales, presidente de la Cámara de Turismo. “Los números son muy buenos para un año que no es tan fácil”, afirmó Viñuales satisfecho por la gran cantidad de visitantes. “Hay movimientos que se van generando. Yerba Buena tiene algunos hoteles boutique. En San Javier, hay bastante cabañas que generaron mayor oferta hotelera”, aseguró.
En el otro extremo de la experiencia, se encuentra Luciano Caraccioli. Este biker de General Madariaga (Pinamar) ha batido récords en esta disciplina al punto que ya conquistó siete Trasmontañas. No obstante, “Lucho” asegura que cada año es diferente.
“En 2013 fue mi primera participación y todavía lo vivo como si fuese el primer día. Cada año que vengo tengo que dar el máximo y disfrutar del recorrido con el compañero. Siempre corrí con amigos y así es mucho más fácil. Es clave tener una cierta amistad y confianza”, aseguró “Lucho” que disputará la máxima prueba con el tucumano Matías Galindo.
Mientras ultima detalles en su stand para el día de inscripciones, Caraccioli no desvía la vista del objetivo. “Es un rally muy completo y tiene el condimento que se corre de a dos. Las dificultades y los problemas se multiplican en ese sentido. Eso es lo lindo de esta carrera”, dijo “Lucho”, que todavía no se acostumbra a las altas temperaturas de Tucumán. “Vivo en un lugar con mucho viento y frío. El 95% de las veces que vengo al Trasmontaña, me encuentro con este clima que para mí es hostil, súper cálido. Pero se comparte con muchos amigos y hay que aprovecharlo”, concluyó.